Redacción/Vale por México

2018-12-13 15:47:59

16 niños de la localidad de Filo de Caballos, ubicada en la sierra de Guerrero, recibían lecciones de catecismo cuando una balacera irrumpió en el lugar donde se encontraban y obligó a que permanecieran escondidos dentro de una cisterna durante 19 horas.


Fueron un empleado del Hospital Básico Comunitario del poblado y un sacerdote quienes salvaron la vida de los menores al esconderlos en una cisterna de agua de la iglesia del pueblo; ahí los mantuvieron desde la una de la tarde hasta las 8 de la mañana siguiente.

"Estaban todos entumidos, unos decían que tenían hambre pero qué les dábamos de comer, otros pedían ir al baño y se hacían ahí mismo, fue de verdad triste", relató el empleado.

Y es que policías comunitarios del municipio de Heliodoro Castillo irrumpieron en el lugar y comenzaron a disparar, desatando el pánico entre los niños, quienes gritaban "nos van a matar, nos van a matar".

El trabajador y el sacerdote impidieron que los niños salieran del templo para evitar que una bala los alcanzara; el empleado también señaló que los policías comunitarios no respetaban el lugar ni a los presentes, pues hasta las torres de la iglesia recibieron disparos.

La mañana siguiente, cuando finalmente lograron salir, atravesaron un cerro, "gracias a Dios no nos pasó nada, imagínese eran muchísimas balas las que estaban disparando, si los hubiéramos dejado salir los matan".

Los 16 niños, de entre 7 y 12 años de edad, forman parte del grupo de desplazados que aún se encuentran en el auditorio municipal de Chichihualco; los menores asistían a la doctrina para realizar su confirmación y con ellos se encontraban también dos religiosas.

Aunque los hechos se suscitaron el pasado 11 de noviembre, no fue hasta esta semana cuando se dieron a conocer pues el sacerdote aún se encontraba en la localidad y no deseaban ponerlo en riesgo, hasta que la semana pasada finalmente abandono la comunidad.

Foto: Lenin Ocampo/El Sur